Pelar la piña, cortarla en rodajas gruesas y descorazonarla. Poner al fuego en una cazuela baja y ancha, tipo tartera, como dos o tres dedos de agua y el azúcar. Introducir las rodajas de la piña y a fuego medio, dejar que la piña vaya caramelizando. Vigilar el fuego para que el agua caramelizada no se queme o se consuma demasiado. Si creéis que os va a ocurrir esto añadir más agua fría. El agua fría también evita que el caramelo se endurezca, ya que esto no nos interesa, tiene que quedar líquido.
Batir los yogures de limón. Una vez que la piña está caramelizada, sacar de la cazuela, dejarla en una fuente pero separando las rodajas y dejar enfriar. Se puede comer templada.
Poner en el fondo del plato el yogur, luego ponéis un par de rodajas y espolvoreáis un poco de canela (al gusto).
Otra idea de presentación es como en la foto superior, utilizando brochetas. En ese caso debéis caramelizar la piña ya puesta en las brochetas.
Buen provecho!!!
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